La Ola de Arizona, (o Arizona Wave en el inglés local, si lo prefieres), como dijimos, es una formación rocosa de piedra arenisca, cuyas capas se fueron sedimentado durante miles de años, y que con el paso del tiempo, el viento las fue modelando a su antojo, dejando al descubierto dichas capas y dando esa imagen de paisaje atigrado. Está situada en una reserva protegida, Paria Canyon-Vermilion Cliffs Wilderness, de escueto nombre como puedes comprobar (Para los curiosos, se traduce aproximadamente como “Parque Natural del Cañón de Paria y las Colinas Bermellón”), y más aún escueto acceso, pues solo se reparten un máximo de 20 permisos de visita por día. Y ahí no acaba el asunto, pues para llegar es necesario una caminata de 5 km por senderos escarpados a través de una zona, como imaginarás, desértica. Aunque, eso es innegable, el esfuerzo merece la pena, pues cualquier fotógrafo o aventurero que se precie soñaría con pasar un día de su vida en este lugar. Cabe señalar que hay que tener cierto cuidado con las “olas de arenisca”, pues como muchos sabrán, la arenisca no es más que arena fosilizada, y basta un gesto brusco y adiós paisaje inmaculado y único. Sin más, creo que es ya hora de que descubramos de una vez por todas este mar embravecido del desierto de Arizona.
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